El mundo de Guadalupe
Guadalupe creía que si leí contrarrestaba un
poco la inutilidad del día. Un día sin lectura, era un día perdido. Esa jornada
tenía muchas ocupaciones, eso la hizo despertarse de mala gana. Desbordaba de
mal humor. Hasta que se dio cuenta que podía imprimir un cuento y leerlo en el
colectivo. Eligió uno al azar, Grafiti
de Cortázar fue el que le toco. En el viaje inmersa en la lectura, sin percibir
lo que pasaba a su alrededor, comprendió que la suerte le había brindado uno de
los mejores cuentos de su vida. Se contuvo un momento, pensativa. Este hecho tan insignificante para cualquiera,
a ella, le proporcionaba un montón de ideas, las cuales, nunca escribía. Ese era el
reproche más grande que se hacía, siempre pensaba que algún día se iba a hacer un tiempo ¿por qué no
intentarlo?, pero nunca lo hacía. Para colmo, el tiempo pasaba de una manera inexplicable,
y más, para alguien sin el vocabulario necesario para expresarlo. Al otro lado
de la ciudad y a esta hora de la mañana alguien se subía a su auto totalmente alcoholizado.
Ese alguien, ese desconocido, es quien a eso de las siete de la mañana atropelló
a Guadalupe. La hermosa Guadalupe agonizó una semana, hasta que finalmente un
12 de Julio de 2006 murió. Yo la vi morir y hoy la recuerdo. Quizás, espero,
este en su mundo escribiendo.
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