Capítulo 3
Ayer soñé con ella. Con el día en que la conocí, con las cosas que me dijo y que de alguna manera me cambiaron la vida. Me acuerdo que fue un veintiuno de agosto, en el cumpleaños de mi primo. La primera vez que la vi estaba sentada en el cordón alejada de todos, me acerqué, me jugaba mis últimas cartas de la noche. Le dije las mismas frases estúpidas que les decía a todas pero con una efusiva borrachera. Sin mirarme me dijo: “acompáñame a mi casa”.
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