Diario Divague
Habitación- Capítulo 1
Mi habitación es un
hueco con una puerta. No tiene ventanas, ni siquiera una mísera claraboya que
permita la entrada de aire. Totalmente asimétrica: con cuatro paredes oblicuas
y un techo excesivamente alto. Una pared desbordada de humedad que emana un
olor putrefacto. El olor se impregna en todo: en la ropa, en las sabanas, en
mis hojas, e inclusive, en mí. La humedad sigue ahí, no importa los esfuerzos
que haga por solucionarlo. Me consume, la siento en los huesos y cada vez que
respiro. Con los años la habitación fue moldeando mi ánimo. Para mí no hay
dudas que el lugar donde uno habita tiene una relación directa con la formación de la personalidad, de la visión de mundo y hasta de la forma de escribir. En otras palabras, con la forma de vivir.
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